Crea actividad

13 junio 2017

La formación interna supone un valioso activo para cualquier organización; más aún a sabiendas de la imparable evolución y transformación de las profesiones y de los sectores profesionales hoy en día, que requieren de actualización constante si pretenden avanzar en consonancia con los cambios tecnológicos y sociales. Como entidad dedicada a velar por el empleo y el emprendimiento en Bizkaia, y teniendo entre sus objetivos la creación y reactivación empresarial, la Agencia Foral de Empleo y Emprendimiento DEMA es muy consciente de que también debe facilitar formación interna a sus trabajadores y trabajadoras, contribuyendo al reajuste profesional del personal técnico. Con esta intención, hace unos días equipo directivo y equipo técnico fueron partícipes de un taller de creatividad a través del que se buscaba mostrar la importancia que cobra la misma en el proceso de emprender. Nuria Bustamante, profesional dedicada al desarrollo de personas y organizaciones en implicando.com fue la encargada de impartirlo y escribe este post explicando el desarrollo y las ideas principales que atendió la actividad.


La palabra creatividad me fascina porque lleva el componente de crear. ¡Ser capaces de aportar valor, crear!

Hace unos días estuve impartiendo un taller en DEMA para desarrollar el rol de facilitador en creatividad en el que trabajamos estos y otros aspectos. Entre ellos, lo más importante para mí: el rol de quien va a acompañar a otras personas en el desarrollo de sus ideas, es decir, cómo cada persona lleva a cabo en cada momento el rol que tiene que desarrollar.

Frente al rol creativo, habitualmente, la mayoría sentimos mayor inseguridad: en un mundo basado en los resultados y el análisis, nos encontramos que bajo este rol funcionamos en base a una serie de principios opuestos: 

  • Si en la sesión de hoy no hay un resultado, no pasa nada
  • Si las ideas no tienen sentido, tampoco
  • Dedicamos un tiempo importante a definir el objetivo creativo (normalmente los objetivos en nuestro día a día están ya fijados, ¿verdad?) 
  • La incertidumbre es parte natural y sana
  • No tiene por qué haber un orden establecido en lo que hacemos…

Siendo estas algunas de las bases de la creatividad, lo que sucede en muchas ocasiones es que nos saltan las barreras o se producen cruces de intereses: ¿cómo compatibilizo estos principios con los que a posteriori tendré que llevar a cabo en el trabajo?

Por eso es tan importante ponerse el sombrero creativo hasta el final, hasta el momento último, hasta el plazo o tiempo marcado y posteriormente colocarse el sombrero analítico. Esto es, separar los roles, los momentos, los espacios para poder dejar que “vuele” el pensamiento distinto, para posibilitar un pleno acompañamiento a otras personas en todo su potencial creativo.

En definitiva, hacer tuyo este rol a pleno rendimiento mientras lo estés vistiendo. Así, y solo así, podemos acompañar a los demás a sacar la creatividad que todas las personas llevamos dentro.

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